Hace un año que el Coliseum no alberga espectáculos musicales. Iba a ser el nuevo ágora cultural para eventos de gran aforo, y como coso taurino o escenario deportivo ha tenido un arranque notable. Escaso en frecuencias, pero destacable en usuarios. Sin embargo, Burgos sigue fuera del circuito de los conciertos de peso y eso solo cambiará si se solventa un problema: la sonorización del espacio.