Que la revolución digital ya está aquí y que los puestos de trabajo relacionados con la ciencia y la tecnología serán vitales para no perder el tren del progreso 4.0 son un hecho irrefutable. Y Castilla y León parece estar teniendo serias dificultades para subirse a un tranvía que puede que solo pase una vez. Por el momento, y según los datos del informe ‘HRST by category and NUT 2 regions’ de Eurostat, la Comunidad está al nivel de países como Grecia y Rumania en la tasa de personas ocupadas en sectores de ciencia y tecnología, con una media del 20,7 por ciento. A grandes rasgos esto supone que solo uno de cada cinco castellanos y leoneses trabaja en alguno de estos sectores, muy lejos de las ratios que presentan otras comunidades como Madrid (34,5 por ciento) o País Vasco (29,2%), y a años luz de países como Luxemburgo o Suecia, donde el porcentaje de empleados en ciencia y tecnología roza el 50%.
Unos datos que Agustín Lorenzo, presidente de la federación de empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica de la región (Aetical), no duda en calificar de «deprimente y desalentador». «El problema es el tejido industrial que se produce enCastilla y León, donde las empresas son muy pequeñas y eso no lo hace atractivo para que la gente quiera emplearse aquí», lamenta Lorenzo, que reconoce que «la gente siempre que puede se va» ante los «cantos de sirena» de zonas como Madrid,Barcelona o PaísVasco.
Esta realidad es la que se dibuja en el informe, donde países en teoría menos desarrollados que España o Castilla y León, presentan tasas superiores en empleo tecnológico, como ocurre con Eslovaquia (24,4%), Bulgaria (24,4%) o Lituania (30,4%). A nivel nacional, a pesar de que la Comunidad es la sexta por abajo, se aprecia un vagón de cola formado por regiones con bajas expectativas tecnológicas y muy alejadas de los avances del centro, norte y zona levantina.
«Talento hay de sobra, y la gente aquí sale bien formada y esta muy valorada, pero no hay tejido industrial suficiente para sostener empresas medianas de tecnología porque no se requieren sus servicios», matiza el presidente de Aetical, certificando que es «la pescadilla que se muerde la cola».
Al respecto, desde CCOO reconocen la importancia de apostar por esta revolución digital, y reiteran que «la mejora tecnológica lleva, asimismo, aparejada una mejora en las condiciones de trabajo. Los salarios suben porque se incrementa la riqueza que incorporan los bienes y servicios». «El empleo que demandan estas empresas es permanente, porque las actividades de alto contenido tecnológico requieren mano de obra cualificada y experimentada», concluyen.
POCA FORMACIÓN EMPRESARIAL.
La falta de este tipo de empleo también está relacionada con el hecho de que desde las propias empresas tampoco se apuesta por formar a los trabajadores en la adquisición de estas competencias. De hecho, según la encuesta de uso de TIC y comercio electrónico en las empresas relativa a este año publicada por el INE, solo el 18 por ciento de las sociedades de Castilla y León proporcionaron actividades formativas en tecnologías de la información y la comunicación a sus empleados, un cinco por ciento menos que la media nacional.