Una llamada al 091 alertó a la Policía Nacional de un posible episodio de violencia doméstica en una vivienda y al lugar acudieron los agentes, que fueron recibidos por el hermano del presunto agresor debido a que el telefonillo del hogar había sido arrancado cuajo. El alertante previno a los policías y les advirtió de que V.T.P., de 22 años, estaba "nervioso y como loco". Cuando entraron a su dormitorio se encontraron a un sujeto que les amenazó de muerte con un hacha si intentaban acercarse a él, por lo que la situación requirió templanza por parte de los agentes, que finalmente redujeron al joven pese a que causó lesiones a uno de ellos. Al parecer, la discusión familiar se originó por motivos económicos con la madre del detenido, la cual estaba encerrada por miedo en su habitación.