En la sala Pedro Torrecilla de la plaza de España ya puede admirarse el Belén construido por Francisco Guerrero. La obra ocupa 75 metros cuadrados y suma 140 figuras. La elaboración artística incluye como novedades la incorporación de un oasis con 30 palmeras, una cascada y varias jaimas; un río de 7 metros que divide la ciudad de la parte alta del Belén; el propio Nacimiento y la Anunciación presentados en cuevas y varios de los oficios de hace 2.000 años repartidos entre los dos niveles constructivos.

Además de esa obra, la sala de la Fundación Cajacírculo también muestra hasta el 5 de enero 155 belenes de los cerca de 4.000 que componen la colección de los hermanos Carmen y Andrés Rodrigo. En esta ocasión, salvo un diorama del siglo XIX, las nacimientos son en su mayoría de los años 50 y 60 del siglo pasado, época que coincide con la infancia de los coleccionistas.

La exposición recibió el año pasado 9.000 visitas, pese a que según los creadores "cada vez hay más rechazo a este tipo de construcciones". Por los valores que representa, la Asociación Nacional Belenista persigue obtener la protección de la Unesco para este tipo de construcciones artísticas y culturales, obteniendo la calificación de patrimonio inmaterial de la humanidad.

El Belén artístico de Cajacírculo abre la programación navideña de la entidad, que este año traslada su pregón a la capilla de Santa Tecla de la Catedral al cumplirse 60 ediciones. El acto tendrá lugar el 21 de diciembre y correrá a cargo del doctor Mateo Díez López, que estará arropado por las actuaciones de la Schola Cantorum, el Coral Infantil del Círculo y la Orquesta de Santa Cecilia