El sueño de la 'Undécima' sigue vivo

AGENCIAS
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Un gran gol del galés vale a los blancos para doblegar a un City que apenas fue capaz de reaccionar en el último tramo

El Real Madrid se clasificó ayer para la final de la Liga de Campeones ante el Atlético al ganar 1-0 al Manchester City con un gran gol de Gareth Bale en la primera parte que resolvió un duelo lleno de imperfecciones pero extremo en emociones.

Hubo un único tanto en una eliminatoria que dejó poco fútbol y sí un excesivo respeto por parte de dos equipos que prefirieron defender, algo que no hacen precisamente bien. Sobrevivió el conjunto blanco porque tuvo el aguijón de Bale y quiso más que su rival, solo ligeramente atrevido cuando ya se veía eliminado.

La primera parte ya tuvo un ritmo impropio de una semifinal de Champions. Los dos cuadros se profesaron un enorme respeto. El bloque ‘citizen’ no merecía tanto porque la escuadra local siempre pareció varios cuerpos por encima. Tanto colectiva como individualmente. Pero le faltó el instinto de otras noches.

Los únicos que entendieron qué exigía el duelo fueron Isco y Marcelo. Crearon superioridad por banda izquierda y hallaron un hueco ante una defensa narcotizada. Eso sí, los ‘merengues’ echaron de menos una buena versión de Cristiano Ronaldo. Visiblemente disminuido por sus problemas musculares, el portugués actuó con todas las precauciones para no romperse.

Lo que nunca les faltará a los de Zidane será la pegada. A los 20 minutos, llegó el único gol en la mejor jugada trenzada por los locales en la primera parte. Carvajal profundizó sobre Bale, quien con poco ángulo remató con la derecha para situar el balón en la escuadra. Fue su primera diana en la actual edición de la Copa de Europa. El galés está terminando la temporada como un cañón.

El City bajó las brazos y se fue a la esquina. Durante unos minutos, pareció un boxeador al borde del ‘knock-out’, deambulando con la mirada perdida y pidiendo auxilio a una lejana divinidad. Pero el Real Madrid lo dejó vivo. El conjunto inglés tomó el aire que le dejaron los blancos y se levantó. Con el ritmo cansino de siempre, pero respiraba. Y tuvo su oportunidad.

Llegó en el minuto final de la primera parte, con una apertura hacia Fernandiho y un disparo seco que se fue al palo derecho de Keylor Navas. El choque se fue al descanso con un ambiente extrañamente frío en el Santiago Bernabéu. El bloque madrileño tenía un tanto, pero la eliminatoria estaba viva.

Tras la reanudación, los españoles le dieron la pelota al City, cosa peligrosa, y buscaron la contra. Jesé la tuvo y disparó alto. Mucho más clara fue la siguiente, cuando Modric se quedó solo ante Joe Hart y éste sacó un balón imposible. Y después, Cristiano cabeceó y el arquero inglés volvió a lucirse.

A pesar de que la escuadra ‘merengue’ se replegaba, la velocidad de los blancos en las salidas era una tortura para su enemigo, que dejaba nítidos huecos, facilitando cualquier pase filtrado. Lucas Vázquez entró y con ello el equipo de Zidane ganó en desborde y profundidad. Atrás, un imperial Sergio Ramos se imponía en cada acción ante un Agüero insustancial.

Mientras el Real Madrid no marcara el segundo gol, el drama permanecía sobre el Bernabéu. Duraría hasta el final. Y la tuvo Bale a los 64 minutos con un espectacular remate que se estrelló en el palo. El bloque inglés sobrevivía de milagro, pero sobrevivía.

Zidane entendió que necesitaba la sentencia y quitó del campo a Isco para poner a James Rodríguez, un jugador que, aunque en baja forma, tiene más gol que el español. Por su parte, Pellegrini puso al delantero Iheanacho. Antes había entrado Sterling.

El encuentro se convirtió en un intercambio de imprecisiones. El City se ahogaba cuando llegaba a la zona de tres cuartos y el Madrid regalaba pases en su precipitado intento de lanzar contraataques.

La emoción del final compensó el extraño partido. El encuentro murió en el área local, con Sergio Ramos y Pepe sacando balones entre la agonía de sus fieles. Solo respiró con la llegada del final, con los blancos quemando los segundos. Hubo un único gol en la eliminatoria, el de Bale, suficiente para propiciar una final entre Real Madrid y Atlético. Dos años después, la gran final continental se repite entre dos conjuntos de la capital española.