Fortes, un torero al que hay que ver

Leticia Ortiz (SPC)
-

El torero malagueño da un golpe sobre la mesa, al que solo le faltó la rúbrica con la espada. Padilla se despide de La Malagueta con una tarde de entrega y disposición

Fortes. Quizá a muchos no les suene el nombre. Otros lo relacionarán con terroríficas cornadas de esas que algunas televisiones, que solo vuelven la cara hacia la Fiesta cuando hay tragedia, repiten casi en bucle en sus noticiarios. Unos pocos, los aficionados, llevan tiempo cantando sus virtudes y exigiendo su entrada en las Ferias. Por desgracia, el sistema está como está y muchos nombres se repiten en los abonos aún sin méritos para ello, dejando fuera a toreros como el malagueño, que ha utilizado el altavoz de una plaza de primera como la de su tierra, para dar un nuevo golpe sobre la mesa. Actuación seria, firme y de toreo muy caro a la que solo le faltó la rúbrica de la espada. Con los aceros bien afilados, Fortes hubiera abandonado el coso por la Puerta Grande y con todo merecimiento. 

Ante el tercero, justito de fuerzas, pero con calidad en las embestidas, el malagueño ya dio un toque de atención por verónicas en el recibo, que abrochó con una media de rodillas de cartel. De hinojos se echó también en el inicio de la faena de muleta antes de echarse la franela a la mano derecha para cuajar dos tandas ligadas, plenas de torería y clasicismo, con pases de pecho de pitón a rabo. Protestó el toro por el izquierdo y apenas pudo sacar un natural bueno el local, pero ¡cómo fue!... Volvió sobre la diestra para rematar una obra tan completa que le situaba como el triunfador, hasta ahora, de la Feria. Tenía una oreja larga, posiblemente dos, pero se lío a pinchar y el triunfo se le escapó entre las manos.

Solo quedaba el sexto para que Fortes cumpliera su objetivo: salir a hombros de La Malagueta. Apareció un zambombo de Cuvillo que cantó su mansedumbre desde las despaciosas y templadas verónicas de recibo. Ni siquiera la bronca que se montó en el tendido 1, a cuenta de una discusión sobre Talavante, tapó los olés rotundos del coso malacitano a su torero. Después de una gran lidia de José Antonio Carretero, Fortes se fue a la querencia del toro. Todas las ventajas para el animal. Y allí, en el tendido 4, cuajó una faena en la que todo lo hizo bien. Tapó al astado para evitar su huida y sacó una tanda profunda, de pies asentados y toreo del caro. Hubo arrimón también, aunque con más serenidad que en el pasado, buscando el toreo más puro. Pero, de nuevo, la espada arruinó la esperanzas de un torero al que hay que ir a ver. Por el que merece la pena hacer kilómetros: Fortes.

Con dos banderas piratas en una mano y la oreja del cuarto se despidió Juan José Padilla de La Malagueta, en, a priori, su último paseíllo como matador de toros en la plaza de la capital de la Costa del Sol. Como es habitual esta temporada, el jerezano recogió el cariño de tantos años de entrega y honestidad. Porque al 'Ciclón' se le podrán poner mil pegas en base a los cánones más clásicos del toreo, pero honesto ha sido y es un rato. Siempre da lo que tiene, tanto ahora con los hierros más comerciales que ha podido matar tras su reaparición, como antes cuando se enfrentaba a esas ganaderías duras que muy pocos querían matar. Dijo adiós Padilla con una actuación, especialmente ante el segundo de la lote, con el 'sello de la casa'. Bullicioso y vibrante desde el saludo capotero de rodillas, el jerezano no se guardó nada en su objetivo de agradar al público malagueño. Fue noble el de Cuvillo y permitió al 'Ciclón' levantar a los tendidos con una faena liviana y superficial. Se llegó incluso a pedir la segunda oreja, pero la presidenta aguantó con criterio. Para abrir una Puerta Grande de plaza de primera hay que torear. 

Se esperaba con ganas a Alejandro Talavante, tanto por los triunfos que le precedían como por sus escasas apariciones esta temporada, sobre todo a raíz de su ruptura con el que era su apoderado, Toño Matilla. Pero no tuvo su día el extremeño, especialmente con la espada, con la que pegó un sainete en sus dos toros, dejando, además, una imagen apática que enfureció, y con razón, a los tendidos de La Malagueta. Hasta 15 veces pinchó entre el segundo y el quinto, ante el que estuvo a punto de escuchar el tercer aviso. Con el peor lote de la corrida de Cuvillo, Talavante apenas dejó algún destello, en forma de natural bueno en ese quinto, pero todo quedó emborronado por el acero.

 

FICHA TÉCNICA

Plaza de toros de Málaga. Viernes 17 de agosto de 2018. Sexta de abono. Dos tercios.

Se lidiaron seis toros de Núñez del Cuvillo, bien presesntados y de buen juego en general por movilidad, fijeza y nobleza.

Juan José Padilla, de blanco y oro; pinchazo y estocada desprendida (vuelta con pitos tras aviso); estocada entera y tendida (oreja con petición de la segunda y dos vueltas al ruedo).

Alejandro Talavante, de catafalco y oro; descabello tras siete pinchazos (silencio tras aviso); ocho pinchazos y cinco descabellos (pitos tras dos avisos).

Fortes, de purísima y oro; cuatro pinchazos y descabello (vuelta); dos bajonazos (vuelta)