La Guardia Civil ha detectado e intervenido en la AP-1 una sofisticada instalación oculta en un turismo que detectaba e inhibía la frecuencia de los radares que controlan la velocidad. Lo que se consigue con estos aparatos prohibidos es que aunque el radar detecte una excesiva velocidad en un vehículo, no se recibe información precisa de cuál es ésta, de modo que la cámara no emite la fotografía.