Esquivias define a Luis Sáez (Mazuelo de Muñó, 1925-Burgos, 2010) como el pintor de los sueños y las pesadillas porque la belleza de su obra no es complaciente, transmite incluso desasosiego, pero eso no le resta hermosura: «Recorrer sus exposiciones se parece mucho a soñar: el espectador es partícipe de un mundo intenso e inquietante en el que, a menudo, dominan la fantasía y la crueldad», apunta