Los ayuntamientos de las 9 capitales de la región han hecho encaje de bolillos para elaborar las cuentas de 2017 al tener marcado un objetivo de déficit 0 en el ejercicio anterior y un techo de gasto limitado por la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Con estas premisas sus presupuestos están ajustados para prestar los servicios públicos y hacer inversiones, en menor cuantía, y reducir la deuda.