Han pasado de ser un goloso complemento a convertirse en residuales. Al menos en lo que a altos cargos se refiere, ya que ni las existentes están ocupadas ahora. Las casas de titularidad pública se han reducido notablemente en los últimos tiempos, y salvo el elevado número de viviendas de las diferentes casas cuartel de la Guardia Civil, apenas quedan una veintena de hogares públicos en Burgos.