San Pablo rozó con los dedos una remontada casi imposible en el último periodo. El partido comenzó igualado, con los dos equipos no excesivamente acertados en ataque, aunque pronto se vislumbró cual iba a ser el principal problema de los de Epi, el control del rebote ofensivo. Sin embargo, al descanso la ventaja era burgalesa con el 32-34. En el tercer cuarto, se apagaron las luces. La defensa murciana se cerró y elevó a un nivel muy alto su intensidad, lo que provocó desconcierto y nulo acierto en el ataque burgalés. Ello unido al acierto de hombres como Vitor Benite, propiciaron que los locales abrieron una brecha en el marcador. San Pablo buscó la épica en los diez minutos finales y se quedó cerca.Edu Martínez tuvo el empate con un triple a la desesperada que no encontró aro