Una enorme masa coral se enfrentó con aplomo y desenvoltura a una obra extremadamente complicada. Se trataba de miembros de 20 de los coros de Burgos y provincia, que vienen ensayando desde hace meses bajo la dirección de Enrique Yuste. Verdaderamente, el sonido global se vio muy bien trabajado, de modo que pudo mostrarse como una sola agrupación, de timbre homogéneo y personalidad propia.