A diferencia de Garoña, la muerte de otro de los sectores energéticos clave de la provincia, el de los hidrocarburos, ha sido silenciosa y lenta, debido al brusco descenso de los precios del petróleo de los últimos 2 años y del olvido y el rechazo de la opinión pública. La central nuclear cerró oficialmente el 2 de agosto y desde el 29 de septiembre, ya no queda activo ningún permiso de fracking.