Quien se reserva el derecho a utilizar en exclusiva un espacio público tiene que pagarlo. Parece una perogrullada, ¿no? Pues no ha sido así para 500 particulares que disfrutaban de una entrada propia de carruajes y a cambio no pagaban un céntimo. En el año 2014 se lanzó una campaña de control de vados coordinada entre la Policía Local y los servicios de Inspección Tributaria del Ayuntamiento.