El Ministerio de Fomento sí está trabajando en el diseño de las mejoras que «sería necesario ejecutar» en la autopista «una vez que concluya el contrato de concesión». Ya hay un documento oficial donde aparecen esas actuaciones, más bien modestas, «para la adaptación de la infraestructura al modelo de explotación que se emplee» a partir del 1 de diciembre de 2018. No deja de resultar curioso que el informe de impacto ambiental asociado al anteproyecto de adecuación y mejora de la AP-1 (Burgos-Armiñón) parta de la base de que la Dirección General de Carreteras desconoce a fecha de hoy el sistema de gestión que se aplicará a esta vía dentro de ocho meses.Más información en la edición impresa o aquí