El presupuesto de una ciudad se sostiene principalmente en los impuestos que pagan los ciudadanos, pero las sanciones que se imponen a vecinos y foráneos también contribuyen a engordar las cuentas municipales. Tras un 2015 en el que las multas de tráfico apenas aportaron liquidez al Ayuntamiento, en 2016 las tornas cambiaron y Tesorería ha recaudado ya 5.871.708 euros, un 63% más que en 2015.