El principal sospechoso del incendio del cámping de Quintanar creía que el tiempo era su mejor aliado y que la Guardia Civil moderaría sus esfuerzos para atraparle, pero casi 2 años después, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial estrecha el cerco sobre él al aportar a la causa que dirige el Juzgado de Instrucción de Salas vestigios físicos que le situarían en el lugar cuando ocurrió el suceso.