Marañón considera que esta situación es un «potente estímulo para el absentismo en el Samyt, al compensarse económicamente a los trabajadores que están en incapacidad temporal», lo que justifica la petición de dimisión de la gerente por «no hacer bien su trabajo y estar más preocupada por recuperar el 30 por ciento del salario que perdió en el contexto de recortes de la administración pública».