La comarca pierde 12 concejales la próxima legislatura

B.A.
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Supone más de una tercera parte de la provincia de Burgos, que en total baja en 34 ediles, de los 1.885 a los 1.851. Quemada, con 34 empadronados menos en 4 años, es un ejemplo

La comarca pierde 12 concejales la próxima legislatura - Foto: Alberto Rodrigo

Las próximas elecciones municipales están a la vuelta de la esquina, unos comicios donde los vecinos eligen a sus representantes, cuyo número varía en función de la población de cada localidad. De los 21 ediles que corresponden a municipios con un censo de entre 20.001 y 50.000 habitantes, como es el caso de Aranda, a los 3 que tienen otros muchos pueblos, como Berlanga de Roa. En función de los datos que ofrece el padrón a 1 de enero de 2018, el Instituto Nacional de Estadística ha elaborado un listado con los concejales que corresponde a cada pueblo según sus vecinos registrados, y los datos son ciertamente drásticos para la Ribera, ya que la comarca pierde para la próxima legislatura doce concejales en seis municipios, en cuatro de ellos por haber bajado de cien habitantes (La Cueva de Roa, Fuentelisendo, Hontangas y Villanueva de Gumiel) y en dos por descender de los 250 (Quemada y La Vid y Barrios). 

Esto supone que más de una tercera parte de los 34 ediles que se van a perder en la provincia, que pasan de los 1.885 de las elecciones de 2015 a los 1.851 de los comicios que se celebrarán en unos meses, corresponden a la comarca ribereña. 

Uno de los casos que más llama la atención es el de Quemada, cuyo padrón ha bajado de 34 habitantes durante el 2014 y el 2018, pasando de los 272 a los 238. Eso implica también que en las próximas elecciones municipales sus vecinos pasarán de votar de siete concejales a hacerlo a cinco. «Este descenso es porque básicamente personas mayores que vivían en el pueblo han ido falleciendo. A eso hay que sumar que la gente más joven no se queda a vivir en Quemada. Muchos van a Aranda y se empadronan allí», explica Francisco Javier Núñez, alcalde de esta localidad que apenas dista unos diez kilómetros de la capital de Ribera. 

Es curioso también que en las anteriores elecciones pasó todo lo contrario en Quemada, ya que entre el 2010 y el 2014 ganó 23 habitantes, por lo que al pasar de 250, en las elecciones de 2015 se dio el salto de los cinco a los siete concejales. Para el regidor del Ayuntamiento de esta localidad ahora mismo es muy difícil revertir la situación que se está dando en muchos pueblos respecto a la despoblación. 

En La Vid y Barrios también se bajará de siete a cinco concejales, según el INE, ya que su padrón ha descendido en 23 vecinos durante esos años, pasando de los 262 a los 239. Le sigue Hontangas que ha descendido en veinte pasando de los 111 a los 91, lo que le obliga a reducir su número de representantes de cinco a tres. 

Parecida es la situación en Fuentelisendo, donde han descendido de los 102 a los 83 habitantes y podrán elegir solo a tres ediles. «Hemos pasado por una racha muy mala, en la que han fallecido muchos de los vecinos, al menos 15 de esos 19 que han causada baja en el padrón han sido por ese motivo», relata Jesús Madrigal, que lleva veinte años en el Ayuntamiento y asegura que no se va a volver a presentar. «Hay un grupo de gente joven interesada en coger el relevo», explica. Villalbilla de Gumiel es el sexto pueblo de la comarca dentro del saco de los que pierden concejales, han bajado de los 102 a los 88, pasando de cinco a tres ediles. 

Para estas próximas elecciones, a diferencia de las que se celebraron hace cuatro años, que sí que los hubo, no hay ningún pueblo en la comarca de la Ribera que haya aumentado tanto su población como para hacerlo también el número de concejales que les represente. Como curiosidad, Mambrilla de Castrejón se ha quedado a falta de un empadronado para alcanzar los cinco concejales. Ha ganado tres vecinos, de los 93 a los 100, y por uno, no ha recuperado los cinco ediles, cifra que perdió en los comicios del 2015. 

Por otro lado, hay tres municipios de la comarca de la Ribera que el Instituto Nacional de estadística está investigando: Mambrilla de Castrejón, Torregalindo y La Vid y Barrios. El hecho de que se esté averiguando no significa explícitamente que se haya producido alguna irregularidad a la hora de registrar en el padrón, sino que las alarmas han saltado porque durante el 2018 se ha percibido un incremento en el mismo.Desde el INE se ha pedido información a estas localidad para seguir con el proceso habitual, ya que se vigilan estos incrementos por si pudieran estar vinculados con las posibilidades de voto. 

Según la estadística que muestra este organismo, la comarca ha experimentado en algunas de sus localidades interesantes variaciones de población, aunque estas no han afectado al número de concejales electos respecto a la legislatura anterior. El caso más preocupantes es el de Caleruega, que a pesar de mantener sus siete concejales ha bajado en cuatro años en 57 vecinos, pasando de los 490 a los 433. Le sigue La Horra, cuyo padrón marcaba en 2014 378 vecinos y en 2018 337, es decir, 31 menos. Igualmente en Hontoria de Valdearados ha habido un bajón. Se ha pasado de los 213 a los 180, lo que supone 33 menos. 

En el otro lado de la balanza se encuentran municipios como Fresnillo de las Dueñas, que ha ganado 27 empadronados, o Anguix, que ha ganado 18. Lo cierto es que son los que menos, porque desgraciadamente en casi todos los pueblos de la comarca se nota, y así lo refleja el INE, un descenso paulatino de población en la Ribera.