La maquinaria administrativa es lenta y a veces desesperante, sobre todo para barrios o colectivos que llevan años demandando obras o mejoras. Muchos de ellos celebraron que sus peticiones se incluyeran en el listado de inversiones sostenibles de 2016, sin embargo, más de 2 millones se han quedado sin adjudicar y una decena de proyectos deberán esperar a 2017 o volverán a la lista de pendientes.