Alrededor de 30.000 raciones de titos ha repartido la cofradía entre los vecinos, pertrechados como siempre de cazuelas y perolos para llevar la legumbre a casa. El aire polar no ha desanimado a los comensales, que han hecho cola pacientemente. El Ayuntamiento y el colectivo han garantizado la continuidad de la tradición mediante convenio.