La caída del paro femenino en 2015 registró un ritmo de menos de la mitad que la relativa al masculino, con una diferencia que supera el 9%. Frente a la reducción del 17,26% en los hombres que abandonaron las listas del antiguo Inem, la rebaja para las mujeres se situó en un 8,16%. Ellas concentraron mayor desocupación que ellos (54,4%), menor afiliación (44,6%) y firmaron menos contratos (46,2%).