El dueño llamó a la Policía al ver al joven en una calle de la zona norte de la ciudad. Una patrulla paró el coche que conducía el presunto autor de los daños, quien reconoció los hechos y afirmó que en diferentes ocasiones le había rayado el coche a la víctima, con quien tenía un enfrentamiento personal por problemas sentimentales. El perjudicado ya había presentado denuncias con anterioridad.