Miguel Ángel, un vecino de la calle Cervantes relata con absoluta incomprensión que a la altura del nº 22 de esta vía pegada a Legión Española, en el Crucero, han pintado una parada de transporte público enorme «cuando aquí pasan 4 autobuses al día», y que por culpa de esta medida se han sacrificado un montón de plazas de aparcamiento en una zona donde no suelen sobrar. No le falta razón.Se han suprimido entre 6 y 7 lugares y la única línea que discurre por allí es la 9, que hace el recorrido entre la plaza de España y Cortes y pasa una vez cada hora (no a todas las horas del día) de lunes a sábado, mientras que los domingos y festivos no circula. Se trata de un ejemplo extremo del efecto secundario provocado por el pintado masivo de paradas en toda la ciudad.Más en la edición impresa.