Burgos ya apenas sonríe

H.J.
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La moderna marca de ciudad presentada hace ahora cinco años casi no se usa, y si lo hace es sin ningún criterio. Costó 35.000 euros y muy pronto se desinfló tras el primer impulso

Se presentó como «una imagen divertida, moderna y en continua evolución». Iba a tener primero una difusión local para después dar un salto nacional e internacional. Se alejaba del frío, de la Catedral, de la morcilla y del Cid para condensarse en algo tan sencillo como una letra 'B' con ojos y boca y un lema tan pegadizo como 'Sonríe, es Burgos'. Pero de aquella marca de ciudad queda muy poco.