Matías González, el sacristán de la Catedral de Burgos, falleció este lunes. Inquilino, junto a su hermana Lola, de la única vivienda de la capital anexa a la Seo, González comenzó a trabajar en ella en abril de 1991, hace 25 años, y desde entonces adquirió el compromiso de controlar el templo. Cada vez que saltaba la alarma, él iba a ver qué ocurría. Ahora la Catedral se ha quedado sin su vigía.