14 meses después de su instalación, y un procedimiento caducado de por medio, el Ayuntamiento de Burgos acaba de concluir con una resolución el expediente del polémico cenador de la muralla que se colocó en agosto de 2016 y que causó un notable revuelo. Considera que es «no legal ni legalizable» la obra ejecutada entonces y que debe procederse «a su eliminación en el plazo máximo de un mes».