Burgos se consolida entre las 32 provincias con mayor tasa de movilidad laboral, es decir, entre las que tienen más difícil retener y atraer trabajadores y evitar ese dañino flujo de salida de empleos, que es una puerta abierta a la despoblación, a la caída de la natalidad y al envejecimiento. En 2016 se alcanzó el récord de 26.505 contratos realizados fuera a trabajadores radicados en Burgos.