El Estado invertirá en Burgos 132 millones en 2018, frente a los 164,6 presupuestados en 2017, lo que significa una caída cercana al 20%. Y lo hará solo si se cumplen 2 premisas: 1) que el PP consiga los apoyos suficientes para aprobarlos y 2) que se ejecuten todas las inversiones previstas en el proyecto presentado ayer en el Congreso, lo que es técnicamente imposible por incluir inversiones que están en proyecto o ni siquiera han salido a licitación, como en el caso de las autovías a Logroño y Aguilar (A-12 y A-73). Además, olvida otras grandes demandas de la sociedad burgalesa, como son la liberalización de la AP-1, la reapertura del Directo y el plan de reindustrialización para la comarca de Garoña.Más en la edición impresa o aquí.