La limitación de los recursos económicos no está ligado con la honradez. Así se desprende al menos del hecho de que solo el 1,4% de la energía eléctrica defraudada en 2016 obedeciera a conexiones ilegales o a manipulaciones de contadores por familias en situación vulnerable. El otro 96,4%, según Iberdrola, lo protagonizaría «el sector residencial de gran consumo, el de servicios y el industrial».