Los conocidos como Mártires de Silos, los padres José Antón Gómez, Antolín Pablos, Luis Vidaurrázaga y Rafael Alcocer, que fueron perseguidos y fusilados por sus creencias en los primeros meses de la Guerra Civil, cuando junto a otros compañeros residían y prestaban su servicio religioso en el Priorato de Montserrat, se elevan este sábado un paso más en su camino hacia los altares.