La Cuenta General de 2017 se aprobó en el último Pleno con los votos a favor del Miranda Puede y del PSOE. Un documento con el que se puede hacer balance de la situación económica municipal, algo que se señaló como buena por parte de la concejala de Hacienda, Laura Torres. Una foto fija de las cuentas que demostraron entre otras cosas que el Consistorio aumentó en el último año el gasto por habitante hasta los 1.014 euros.

Una subida de 56 euros respecto a 2016 puesto que en ese ejercicio se quedaba en los 957. En cualquier caso, la responsable municipal destacó que buena parte de esta cantidad se destina a los Servicios Sociales. En concreto son 127 los que se invierten por habitante, con un gasto total para este departamento de 3,4 millones de euros.

Otro de los datos que se pusieron sobre la mesa para demostrar la «buena» situación es el tiempo que se tarda desde el Consistorio en pagar a los proveedores. Un registro que Torres aclaró que ahora se contabiliza con treinta días para emitir la factura y tras ello se establecen otros treinta para pagar, pero desde el Consistorio en este segundo plazo se abona el importe a los 5,32 días de media. Una estadística que también se ha mejorado puesto que antes se hacía cerca de los 36 días y ahora prácticamente se ha quedado en 35.

Desde la oposición, el portavoz del Partido Popular, Borja Suárez, lamentó que pese a los datos económicos «Miranda es una ciudad estancada» y criticó que se estuviera aprobando este documento de 2017 en septiembre de 2018. Además en la parte negativa se puso de evidencia la cantidad de contratos públicos que se encuentran en prórroga forzosa.

Por parte de Izquierda Unida se puso en evidencia que pese a la buena imagen que se vende desde el equipo de gobierno, las inversiones se siguen sin cumplir, por lo que «eso ayuda a que no haya endeudamiento», aportó su portavoz, Guillermo Ubieto.