Los rateros se refugian en el supuesto anonimato que les proporciona la madrugada para cometer buena parte de sus golpes. Pero si a la nocturnidad no le suman el sigilo las opciones de fracasar son muchas. Eso les ocurrió a 2 ladrones la pasada madrugada en un bloque de viviendas de la calle Fuenteovejuna, entre el barrio del G-3 y la zona nueva de Villímar, en el sector S-4. Accedieron al garaje con intención de forzar todos los trasteros que se les pusieran por delante. Pero debieron organizar tanto ruido que despertaron a algún vecino, quien dio la voz de alarma a la Policía. Al percatarse de la llegada de los agentes -seguramente avisados por un tercer compinche en labores de vigilancia- emprendieron la huida dejando atrás 4 maletas con el botín.(Más en la edición impresa)