Los usuarios de la fibra óptica casi igualan a los del ADSL

L.M.
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La transmisión de datos digitales mediante pulsos de luz crece un 39% en 2016 y está a punto de alcanzar a la de cobre, abocada a desaparecer en 2020 y que ha caído un 14% durante el mismo periodo

La fecha se marcó hace cuatro años, y la tendencia indica que si no se cumple al cien por cien en todos los rincones del país, va a estar muy cerca. 2020 es el año fijado por la gran mayoría de compañías de telecomunicación para eliminar de nuestra vida, porque en parte ya forman parte de ella, el ADSL. Se trata de una transmisión de datos digitales apoyada en el cable de cobre, con la que se comenzaron a instalar las líneas de internet en domicilios y empresas, y que a día de hoy se ha quedado anticuada ante el avance de la fibra óptica, otro tipo de conexión consistente en un hilo muy fino de material transparente, vidrio o materiales plásticos, por el que se envían pulsos de luz que representan los datos a transmitir.

Aunque el ADSL ha sido el auténtico protagonista hasta 2014, el avance de la propia tecnología y el crecimiento exponencial del uso de internet hace que desde esa fecha su presencia no haya dejado de caer, tanto a nivel nacional como en Burgos. Es precisamente ese año cuando se registró el pico más alto de conexiones en la provincia, 74.092 líneas, mientras que desde esa fecha no ha dejado de caer en picado hasta registrar las 54.691 que había a finales de 2016, según el último informe elaborado por el comparador queadslcontratar.com, lo que supone un descenso anual cercano al 14%.

Por contra, y ante las vacas flacas que azotan a este tipo de transmisión, la fibra óptica no ha hecho sino aumentar su presencia desde 2014, el último año creciendo incluso a un ritmo del 39%.Atendiendo a las estadísticas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), 2010 fue el primer año en el que se implantó, aunque apenas fueron 4 las líneas instaladas; solamente cuatro ejercicios después llegaban a las 21.639, y desde entonces han aumentado de manera exponencial hasta las 51.229 actuales, casi las mismas que el ADSL, con mucho más recorrido durante todo el siglo XXI.

En tan solo dos años, de 2014 a 2016, las líneas de transmisión de datos digitales a base de cable de cobre cayeron en la provincia de Burgos en 19.041, un 17%, mientras que la fibra óptica, en cambio, aumentó su presencia un 42%, sumando 29.590 conexiones. A nivel nacional, a principios de 2007 existían en España 5,3 millones de líneas de ADSL, un número que fue creciendo paulatinamente durante todos los meses hasta llegar a su punto álgido en marzo de 2014, con 9,6 millones de conexiones. Ahora se registran 6,3 millones por las 7,6 de fibra óptica, un sorpasso que se produjo a finales de 2016 y que cada día que pasa se acrecienta más y más.

En lo referente a las compañías que prestan el servicio de internet, a pesar de los operadores móviles virtuales, conocidos como OMVs, desde queadslcontratar.com aseguran que la demanda sigue concentrándose en determinadas compañías ‘clásicas’. El grueso del mercado lo copa Movistar, con un 43% de la cartera de clientes que disfrutan de una conexión al mundo digital, seguida de Orange-Jazztel, con el 27,8%. Le sigue, muy de cerca, Vodafone-Ono, con un 26,3%, y el 2,9% restante se divide ya sí entre la ‘infinidad’ de empresas que ofrecen este servicio. Además, Burgos cuenta con 33 puntos de venta ya sí actualizado a 2018, tres menos de las que había un año antes; 9 Movistar, 7 Orange, 7 Vodafone, 7 Yoigo, 2 Jazztel y una Masmovil. Junto a la capital, Aranda de Duero, Miranda de Ebro y Medina de Pomar cuentan con establecimientos para contratar internet según el informe del comparador online.

2020, FIN DEL ADSL.

Entre los planes de Telefónica para el futuro más próximo, aunque se anunció ya hace unos años, es que con la llegada de 2020 la fibra sea el único medio de transmisión de datos digitales, dejando al ADSL como un viejo recuerdo. Desde 2014, la compañía va cerrando paulatinamente las centrales de cobre para dar paso a la nueva era, comenzado por dos en Barcelona y Madrid. Esta misma semana, Telefónica comunicó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia el apagado de 113 ‘armarios’ o centrales a la intemperie en Castilla y León, de las cuales cerca de una veintena corresponden a la provincia de Burgos. Se trata de cajones instalados para acortar el bucle del cobre entre la central que emite y el receptor de internet, que debe ser menor de 5 kilómetros, para que la señal no pierda calidad y velocidad sea buena. Se colocaron principalmente entre las ciudades y las zonas en expansión como urbanizaciones construidas recientemente, a muchas de ellas ya llega la fibra, lo que provoca que 53 del total sean en Valladolid, que creció mucho alrededor del núcleo urbano los últimos tiempos. Además, esta nueva tecnología tiene un radio de hasta 50 kilómetros, diez veces más que el cobre.

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