Guillermo Fesser, la mitad de Gomaespuma, publica su primera novela de ficción, «mi primer bestseller» le gusta decir, en la que la cotidianeidad y el surrealismo se mezclan difuminando las fronteras de lo real, lo absurdo y lo cómico con un estilo tan ágil como ácido. En Mi amigo invisible (Espasa), Juan Carlos Ingelmo es un autor en plena crisis de los 40 incapaz de enfrentarse al reto de escribir su segunda novela tras el moderado éxito de la primera. Su amigo invisible desde la infancia «le hará una propuesta que no podrá rechazar».

¿Este libro es el resultado de la crisis de los 40?

Esto es la crisis de los 40, que no es sino el momento en el que los hombres maduramos. La mujer tiene en su vida más momentos que dedica a reflexionar... Pero el hombre, quizá porque venimos del mono desde hace menos tiempo del que creemos, estamos muy liados.

¿Y se pasa?

Te das cuenta de que lo importante no es lo que estás haciendo, sino lo que sientes cuando haces las cosas. Todo tiene que ver con los sentimientos. Y la crisis de los 40 es buscar los puntos en los que te sientes bien y agarrarte a eso.

¿Mi amigo invisible es fruto de esa reflexión?

Es fruto de una desesperación personal. Me casé con una mujer nacida en un pueblecito de Nueva York que estuvo muchos años aquí y tuvimos hijos, pero queríamos que los niños conocieran su lado americano y nos mudamos.

En lo profesional estaba bien y, de repente, me voy a un sitio en el que no sé dónde llamar en caso de urgencias. Pasé unos años fatales tirando a traumáticos. Y esa desesperación la transcribo como alivio.

¿No es autobiográfico?

No, porque lo que me pasa se lo pongo a este personaje, pero igual que en El Milagro de P. Tinto, todo lo que se me ocurre se lo pongo ahí con libertad de lenguaje.

En el libro dice que el amigo invisible es un alma sin cuerpo.

Para mí, el amigo invisible es un mundo surrealista en el que puede pasar casi cualquier cosa. Así como tenemos unas normas que si te las saltas la gente te puede decir «de qué vas». Aquí tienes la posibilidad de inventarte fantasías que de otra manera no encajarían.

Dice que le gusta colar historias que de otra manera no podría contar. ¿Son los cameos la excusa para meter esas historias de personajes famosos?

Siempre me llamó la atención que los personajes famosos e importantes solo los vemos como tal ,pero son personas. Y en Gomaespuma me di cuenta de que puede llegar un líder musical que de lo que está preocupado es de que a su hija le va mal en gimnasia. A la gente le pasan cosas y a mí me hacía ilusión meter personajes conocidos en situaciones normales.

Le llegan a decir que la Guardia Civil es un cuerpo envidiable.

Me lo dijo un alto cargo del FBI cuando quise bromear sobre ello. Y me dijo que cuidado, que es un cuerpo que ya les gustaría en EEUU, por la seriedad, investigación, y creí que había que ponerlo en el libro.

¿Ha sido una buena terapia hacerse escritor de bestsellers?

Cuando escribes ficción, las editoriales se emocionan porque creen que puedes hacer caja y no escatiman en gastos: te reciben en el aeropuerto, te reservan el hotel... Y a mí me ha servido mucho. No soy el personaje de la novela, pero he estado apenado como él estando en un país que no era el mío.

Pero lo refleja con humor.

No hay nada como el humor para llevar adelante una situación complicada. El objetivo es que la gente se ría y creo que se van a reír porque hay elementos comunes. 

Tardó tres años en escribir el libro y cuando lo entregó en la editorial le dijeron «¿pero esto qué es?».

Me dijeron que me lo publicaban si lo cambiaba prácticamente entero. Al principio les dije que de eso nada, y al cabo de un tiempo lo revisé y vi que tenían razón.

¿Está más pensada en el público español que en el americano por esta forma de contarlo?

Yo cuento las penurias de un español en EEUU, pero creo que en América también puede gustar. Tiene una parte de meterte en una taberna taurina de Madrid y otra igual de divertida para americanos, italianos o rusos que es que te expliquen de una manera un poco surrealista qué es lo que ocurrió con el asesinato de Kennedy.

¿Al final se resuelve el misterio de Kennedy?

Sí, claro. Es un libro que no decepciona. Te atrapa y se resuelve el misterio creo que bien. No quedan cabos sueltos.

¿Necesitamos más sentido del humor en nuestra vida?

Necesitamos más sentido del humor, no más humoristas. Es una actitud ante la vida que tiene que ver con la modestia, la capacidad de reírse de uno mismo. A los españoles nos han enseñado a contar historias y reírnos de otros, pero no a tomarnos a broma nuestras propias historias o miserias. El humor es una cosa muy española, pero no sé en qué momento lo hemos perdido, sospecho que en la Guerra Civil.