Maitane Urueña estudia Magisterio en la UBU. Lleva un año y medio viajando por la N-I desde su pueblo -Santa María Ribarrendonda- a la capital, donde reside de lunes a viernes. Confiesa que hasta el domingo pasado coger el coche y emprender el camino por esta carretera le producía «pereza y cabreo». Sí, porque «en un trayecto relativamente corto, de unos 60 kilómetros, hay decenas de camiones que te obligan a ir exageradamente despacio». Pero desde hace 4 días, a esas sensaciones se le ha unido el «miedo». Maitane (20 años) fue la joven que sufrió un accidente en La Brújula el pasado domingo a las 20.30 horas. El turismo que conducía fue golpeado por 2 camiones, cuyos conductores dieron positivo en drogas. «He vuelto a nacer», admitía ayer en la concentración de la Plataforma de la N-I.