Hace un año contábamos que a finales de marzo el FesTVal de Vitoria haría en Burgos una edición de primavera. Tenía el respaldo de Javier Lacalle y se habían comprometido ya otras instituciones con la intención de que la ciudad se convirtiera en la sede permanente. La cita no contó con el apoyo de la oposición por el desembolso de dinero público que requería (contó con un presupuesto de 140.000 euros que financiaba Junta, Diputación, Fundación Caja de Burgos y Ayuntamiento) y se criticó la ausencia de estrenos potentes. Aún así, y según el número de espectadores (4.500), las pernoctaciones (unas 500) y las referencias en los medios (4.200), el equipo de Gobierno despidió el FesTVal con la promesa de que el encuentro llegó para quedarse.Pero un año después el guión ha cambiado.