Mariví exhibía su enorme sonrisa mientras servía aquí y allá a los parroquianos que ayer se congregaban en su cantina como en los mejores tiempos, cuando en la comarca de Lora se soñaba con parecerse a un Texas a la española. Los clientes de 'El Oro Negro', muchos a esa hora de la mañana, apuraban sus consumiciones, nadie quería perderse la marcha a favor de la reapertura del campo petrolífero.