Ebrovisión no tiene techo. A los organizadores les gustaría que lo fuera el récord de espectadores de este año para no perder su esencia familiar,pero no será fácil. Cuando parece que ya no puede superarse, la cita mirandesa siempre guarda un as bajo la manga. Y así resulta imposible no conquistar nuevos corazones o no renovar el idilio con quienes lo consideran parte de la banda sonora de su vida