A primera vista, una pandereta parece uno de los instrumentos más básicos y sencillos. Pero como casi todas las opiniones externas, no tiene nada de contexto ni de realidad. Pronto lo descubrieron las más de diez alumnas que ayer empezaron el curso de iniciación a la pandereta organizado por la Asociación de Amigos de Torresandino en el mismo pueblo y con la colaboración de la Diputación. Tras las dos primeras horas de clase, las manos empezaban a cansarse y las miradas confesaban que no era tan fácil, que dar toques en el instrumento no era tan sencillo como le salía a la profesora, Cris Zagaleja.

Pero en este caso la dificultad no era negativa. Cada obstáculo se salvaba en grupo y a golpe de música. Además de los mensajes de la docente, que recordaba que «no esperarían saber tocar en dos horas». Para ello les queda camino y varios sábados de clases hasta el 9 de febrero. En ese tiempo descubrirán toda la utilidad que tiene la pandereta. «En la música tradicional es el instrumento principal. En realidad es el instrumento más importante, la pandereta y todos los panderos. Son los que hacen baile durante muchísimos años y una destreza asombrosa. Incluso hay especialistas que afirman que una panderetera del mundo tradicional podría competir con cualquier percusionista de la filarmónica de Berlín», declaraba en el descanso de su clase Cris Zagaleja.

«Este instrumento está menospreciado, nadie ha estudiado sobre él. Y las técnicas reales son asombrosas y súpervariadas. Solamente en España tenemos un montón y hay tantas técnicas como quieras utilizar y desarrollarlas te puede llevar tanto tiempo como quieras. Como todos los instrumentos», reivindicaba Cris Zagaleja.  Ante la atenta mirada de sus nuevas alumnas, afirmaba que en la Comunidad, «la provincia que más destaca es León porque todavía queda mucha gente viva que toca. Así quedan más registros y se nota muchísimo que la provincia de León toca mejor». Le seguirían Zamora y Palencia.

Cris Zagaleja descubrió este instrumento hace unos 20 años y desde el principio se puso a tocar, aunque no ha sido hasta los últimos diez cuando ha dado el paso de estudiar a fondo sus técnicas. Lleva dando clases más de ocho años y este es el primero que acerca su pasión a la Ribera. Sobra con entrar en una de sus clases para comprobar que una voz y una pandereta transmiten mucho más de lo que aparentan.