"Benteler gana dinero y reparte el 'pastel'"

G. Arce
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«Villalonquéjar fue un polígono pionero pero se ha quedado obsoleto en infraestructuras redes y seguridad»

El 1 de marzo de 2011 este burgalés, nacido hace 58 años en el pueblecito de Quintanaloranco, casado y padre de una hija, era nombrado vicepresidente ejecutivo de la Región Sur Europa de la multinacional de la automoción Benteler, un gigante alemán con 30.000 empleados en plantilla, 144 plantas repartidas por 39 países y unas ventas de 7.860 millones de euros en 2017. Una de las primeras decisiones que Ricardo García tomó bajo su nueva responsabilidad fue la de trasladar la sede social en España desde Barcelona a Burgos, ubicando en Villalonquéjar un centro ejecutivo integrado por 70 profesionales desde el que hoy se dirigen 12 fábricas repartidas por España, Portugal, Francia y Turquía con 3.500 trabajadores en plantilla. «Ya que los generamos, los impuestos se tienen que quedar en la tierra», sentencia con orgullo este ingeniero técnico industrial de la primera promoción de la Politécnica y formado en las aulas del Padre Arámburu, que no perdona un fin de semana en casa tras repartir sus jornadas laborales maratonianas viajando por España y el extranjero. 

¿Cuál es la fórmula para mantenerse durante tantos años al frente de la dirección de una multinacional? 

Ser muy constante en el actuar y prudente en el decidir. Las cosas hay que tomárselas con seriedad y mucha dedicación. Mi secreto es solo trabajo y tener un buen equipo. En Benteler el trabajo no lo hace uno solo sino el equipo [8 directores a los que reúne, al menos, una vez al mes]. Llevo 28 años y medio en Benteler y acumulo más de 32 de experiencia en el sector de automóvil.

¿Cómo es ahora su empresa? 

Cuando entré aquí, en marzo del 90, éramos 4.000 empleados en todo el mundo, la región Sur Europa que hoy dirijo no existía y tampoco Burgos. La de Villalonquéjar fue la primera planta nueva que se construyó fuera de Alemania (había entonces 5 en aquel país y se compró una ya en funcionamiento en Estados Unidos). En 1990 empezamos de cero aquí, hoy somos 830 personas. Burgos fue también la primera planta de la región Sur Europa de la multinacional y hoy somos un total de 3.500 personas en esta división, con 12 plantas productivas repartidas por cuatro países: España, Portugal, Turquía y Francia. Hasta enero éramos responsables de Sudáfrica y también de Italia, donde se vendió una empresa.

Y este viernes participó en el arranque oficial de la construcción de una nueva fábrica en Mos, Galicia.

Nuestro cliente [PSA] está en Vigo y el viernes presentamos oficialmente este proyecto. Ahora mismo tenemos siete plantas en España:en Burgos, Vigo y Palencia, donde trabajamos con prensas, soldaduras, etc.; a las que sumamos las de Vitoria, Pamplona, Martorell y Valencia, que son las plantas de montaje. Aquí en Burgos fabricamos productos y sistemas para la industria de la automoción: conjuntos y módulos de suspensión para el tren de rodadura, elementos para la absorción del impacto (parachoques, pilares de la estructura del coche...). Somos multimarca. En el mundo hay muy pocos coches que no lleven una pieza de Benteler. El 40% de lo que hacemos en Villalonquéjar se exporta, sobre todo a Alemania, aunque también a Rusia, Sudáfrica, China o Noruega, entre otros países. El 60% es mercado nacional: todos los fabricantes instalados en nuestro país.  

¿Hay proyectos nuevos en Burgos?

Somos 830 personas y es un tamaño muy grande. Somos de las empresas más importantes de Burgos junto con Bridgestone, Michelin y Campofrío. Benteler Iberica Holding, es decir, la central de compras de toda la región Sur Europa con sede social en Burgos, alcanza los 690 millones de euros, lo que nos sitúa como la decimoprimera empresa de Castilla y León. Solo en Burgos facturamos 220 millones de euros, lo que también nos sitúa entre las mayores de la región.

¿Han ocupado todo el espacio que ya poseen en Villalonquéjar? 

En la zona de la antigua fábrica de Clesa estamos fabricando las piezas de repuesto. Nuestra parcela suma un total de cien mil metros cuadrados, de los que 55.000 son bajo cubierta. Todavía habría posibilidad de seguir creciendo aunque, a día de hoy, no tenemos planes. 830 personas son un tamaño difícil de manejar;para mí el ideal son 500.

¿Burgos sigue siendo una plaza industrial atractiva para la gran multinacional del automóvil? 

Es una plaza madura. En este sector tienes que ser competitivo y estar bien ubicado. Si tus clientes están a un radio de 250 kilómetros, Burgos es una posición muy atractiva porque tienes buenos profesionales, paz laboral, buena Universidad, buenos colegios de Formación Profesional. Burgos tiene todos los ingredientes para poder ser un centro competitivo y creo que tiene recorrido. Espero que mis hijos y los hijos de mis hijos puedan seguir trabajando aquí.

¿Benteler apostaría por Villalonquéjar IV o por la ampliación de la Aduana? 

Tenemos espacio suficiente donde estamos y estratégicamente no conviene crecer más. Si hubiese que hacer otro proyecto grande podríamos pensar en estos emplazamientos pero, hoy por hoy, no. No obstante, las decisiones de toda la región Sur Europa ya se toman desde Burgos y eso es importante.

¿Cuál es el momento actual del sector de la automoción? 

En la vida son todo ciclos y todo depende de su amplitud. Vivimos una crisis en 2009 y la hemos superado hasta llegar a fabricar casi 3 millones de vehículos en España. Comparando nuestra facturación, Benteler ha salido fortalecida de esta crisis y hemos seguido creciendo desde entonces. Pero, como todos los septiembres, a partir del verano empieza a bajar la producción. Este año ha sido especial por el tema de los diésel. Los proveedores de motores estaban preparados para fabricar un 60% de diésel y un 40% de gasolina pero con estos anuncios sobre la contaminación se ha dado la vuelta a la tortilla. De hecho, Volkswagen paró hace unos días para cambiar sus líneas de producción.

¿Han notado en su trabajo el impacto de los mensajes políticos contra el diésel?

Lo hemos notado. Si el ensamblador final no tiene motores gasolina cuando lo demandan tiene que parar sus líneas de producción y, lógicamente, estos coches afectados no se van a recuperar a corto plazo. Este año estamos notando esta bajada en la producción.

¿Qué opinión le merece la polémica suscitada con los carburantes? 

Que la gente habla muy a la ligera. Si haces un análisis de lo que realmente contaminan el diésel y la gasolina, en emisiones de CO2 la gasolina contamina el doble. Sí, es cierto que los diésel contaminan un 25% más en óxido de nitrógeno, que es más peligroso para las personas que el CO2, pero los motores diésel han reducido sus emisiones al 50% comparado con hace diez años. Un diésel de hace diez años contamina, pero con la normativa EU-6 de 2014 están al mismo nivel que la gasolina. Hay mucha psicosis sobre este tema.  

El que ha ‘contaminado’ es el mensaje del Gobierno... 

Ha hecho mucho daño. Todos los fabricantes han salido a aclarar términos. A la gente le ha entrado el miedo con los anuncios de nuevos impuestos y se ha decantado por la gasolina.

¿Cómo ven desde Alemania esta polémica? 

La ven con preocupación. Allí no se han producido este tipo de mensajes, ni se ha planteado esta disyuntiva.

En los últimos tiempos volvemos a oír noticias como la paralización temporal de plantas, la supresión de turnos de noche, etc. ¿Estamos ante un cambio de tendencia? 

Estamos ante un paradigma que hay que cambiar en todas las empresas: lo importante es la flexibilidad. Los fabricantes de coches funcionan cuando pueden y cuando no, te paran. Luego hay que recuperar los sábados y nosotros tenemos que seguir a su ritmo. En plantas donde solo tienes un cliente, hay que trabajar para él o parar cuando está parado. Nos ocurre en Vitoria (para Mercedes) y en Valencia (para Ford). Si eres multicliente puedes jugar un poco más, si no, es imposible.

 Pese a lo que ha llovido en el tema laboral, Benteler ha sido una empresa relativamente tranquila en las relaciones con sus trabajadores. ¿Cuál es su secreto?  

Nosotros nos hemos dedicado más a hacer que a darnos a conocer. Los clientes nos conocen y no vivimos del público, lo que no quita que tengamos nuestros compromisos con la sociedad. En el nivel sindical que me pregunta, Benteler ha sido una planta que ha ganado dinero, que es competitiva y que ha repartido el ‘pastel’ entre los trabajadores. Siempre hemos aplicado lo que denomino como el ‘paradigma de la abundancia’: si hay, podemos dar;si no hay, no podemos repartir. En este aspecto, los sindicatos han sido bastante inteligentes y han estado siempre muy comprometidos con la empresa. Al final, siempre recibes lo que das: si das, recibes; si no das, no recibes. Si vamos todos en el mismo barco, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos podrán seguir trabajando aquí.

¿Qué resultados les está aportando su apuesta por la Formación Profesional Dual? 

Ha sido sencillo. En el fondo es un copiar y pegar de la FP Dual que se imparte en Alemania. En la central alemana hay una escuela con 500 aprendices que van a trabajar en todas las empresas de aquel país e incluso de otros. Aquí empezamos hace cuatro años y ya han terminado dos promociones con un total de 40 alumnos. El 90% de ellos están trabajando en Benteler con contratos indefinidos. Estamos trabajando con una tercera promoción de 20 alumnos que esperamos que se sigan quedando. También hemos impulsado la formaciónuniversitaria con 8 alumnos, de la que estamos muy orgullosos porque fue la primera experiencia de España. A partir de nosotros ha habido universidades que han implantado estos estudios entre las empresas. De los 6 ingenieros que formamos, 5 se han quedado con nosotros;dos centrados en administración y finanzas. Vienen con un mínimo de dos cursos de la Universidad y hacen tercero y cuarto con nosotros, cobran una beca y les pagamos el aprendizaje de idiomas (inglés y alemán). Seguimos con estas experiencias.

¿Es la mejor forma de trabajar en Benteler? 

Sí, porque nosotros necesitamos muchas especificidades en el trabajador y si quieres tener lo que necesitas, formarlo.

¿Cómo se explica que esta fórmula de formación-trabajo no termine de cuajar en la pyme española? 

Requiere tiempo pero es una inversión que ves en el corto plazo. Nosotros empezamos en Burgos pero hemos extendido la FP Dual a Vigo, Palencia y estamos empezando en Valencia. Nuestra intención es implantarlo en todas las plantas de la multinacional en España. 

¿Encuentran en Burgos los profesionales que requieren? 

Con la formación universitaria hemos tenido que adaptar programas. Reconozco que con la Universidad hubo algunas intransigencias:hubo profesores que no lo veían muy claro y no eran flexibles, pero al final se ha aclarado todo. En una empresa grande cuentas con personal suficiente para dedicarse a hacer seguimiento del alumno porque, si no, no se va a obtener el fruto deseado. Hoy en día no encuentras en el mercado un matricero, o un programador de robots, o un programador de PLC (autómatas). O lo formas tú o, si no, atraer ese talento te va a costar mucho más que cualquier ingeniero o doctor. Hoy en día escasean este tipo de oficios y los tienes que formar a tu medida.

¿Benteler tiene prevista la compra de otros grupos industriales? 

El grupo ha comprado ya bastantes empresas sobre todo pensando en la reducción de pesos en los componentes que fabricamos. Hemos trabajado mucho en los multimateriales: empresas de aluminio, fibra de carbono o aceros de alto límite elástico. Todo ello enfocado a reducir el peso de componentes y las emisiones para mover los vehículos. 

¿Los componentes que fabrican actualmente se enfocan hacia un futuro parque móvil eléctrico? 

En Burgos todavía no, pero Benteler  está construyendo cuatro vehículos eléctricos completos y tiene desarrollada y homologada una plataforma de base de aluminio por módulos según el tamaño del vehículo eléctrico. No obstante, insisto en que el coche eléctrico hay que tomárselo con calma y no porque no esté desarrollado sino porque la infraestructura que se necesita para su puesta en marcha va a tardar, bajo mi punto de vista, muchos años. A veces, muchos corren más con el corazón que con la cabeza. En el mundo hay un parque de mil millones de coches y sustituirlos va a costar décadas. Es cierto, la electromovilidad es imparable pero tardará.

Lo que no va a tardar es la implantación de la Industria 4.0. 

Nosotros, desde que empezamos en Burgos, apostamos por la robotización. Hoy tenemos un parque de más de 350 robots, la mayor parte de ellos centrados en labores de soldadura y manipulación. Si estas tareas las hiciésemos a mano seríamos muchos más que 830 trabajadores. La Industria 4.0 se centra en la digitalización de la actividad. Nosotros tenemos desarrollada nuestra propia plataforma de fabricación a nivel mundial donde se captan miles de millones de datos al día. Mediante algoritmos conseguimos realizar un mantenimiento predictivo y conseguimos que las máquinas no paren y sean más competitivas. La nueva planta de Mos, en Galicia, va a ser una de las dos fábricas inteligentes piloto a nivel mundial. En un año y medio o un par de años estará en pleno funcionamiento. La elección de España para este proyecto obedece a que aquí siempre hemos demostrado que hemos ido creciendo, que hemos cumplido nuestros objetivos de modernización. Por eso nos eligen...

 ¿Qué les permite la Industria 4.0?  

Un seguimiento las piezas que fabricamos, desde que entran en planta hasta que salen. Si surge algún problema dentro de 5 o 10 años en un vehículo, tendremos todo el trazado industrial de la pieza online. En Mos se pondrán en marcha todas las iniciativas que ya estamos desarrollando diferentes fábricas.

¿La implantación de estas innovaciones reducirán las plantillas? 

Lo que sí es cierto es que la mano de obra menos cualificada cada vez lo tendrá más difícil. Pero siempre necesitaremos personas especializadas, programadores. A las máquinas hay que enseñarlas...  

¿Cómo ve Burgos como ciudad industrial? 

Viajo mucho y cuando vuelvo a mi casa los fines de semana me siendo muy a gusto. He tenido muchas oportunidades de irme fuera. La ciudad es muy bonita, limpia y saludable para vivir. A nivel industrial está muy bien equipada aunque sí que es cierto que hay que prestar más atención a los polígonos y a la gente que trabajamos en ellos. No obstante, comparada con otras ciudades, estamos a muy buen nivel.

¿Están cómodos en Villalonquéjar o piden más al principal polígono de la ciudad? 

Hay que modernizarlo. Hace unos años fue un polígono pionero pero ahora se ha quedado un poco obsoleto en infraestructuras de comunicaciones, en redes, en vigilancia... Hay que darle una vuelta en modernidad y en ese camino está la asociación de empresarios del polígono de la que soy vicepresidente. 

¿Burgos se tiene que dejar de obsesionar con tener más suelo industrial? 

El suelo industrial es un componente importante de la inversión empresarial. Hoy, afortunadamente, si alguien quiere instalarse en Burgos terreno va a encontrar, por supuesto. La ciudad ofrece facilidades para la implantación de cualquier industria porquiene alrededor todos los servicios necesarios. Sí que es cierto que hoy, quizá, hay que cuidar más el que no se vaya nadie que atraer nuevas empresas, algo que es muy difícil. Competimos con cualquier otra ciudad de España, Portugal o los países del Este europeo. 

Con el retraso de años que acumula, ¿el Parque Tecnológico sigue siendo tan necesario hoy o se le ha pasado el arroz?  

Si no se ha buscado solución al Parque Tecnológico en este tiempo, ya no existe. Se ha dilatado mucho en el tiempo y, como con los aeropuertos, no puede haber un parque tecnológico en Burgos, otro en Valladolid y otro en León. Es mejor tener uno potente a nivel de Castilla y León y ubicarlo en un sitio estratégico.

¿Entiendo por lo que dice que habría que repensar este proyecto?  

Yo entiendo que para las pymes es mucho más interesante que para la gran empresa. O nosotros lo tenemos solucionado en nuestra propia empresa [en referencia a la innovación y la I+D] o si esperamos que alguien nos lo solucione... Además, es un ámbito en el que existen muchas confidencialidades, en el que no puedes poner en común muchos proyectos que igual una empresa pequeña sí lo podría hacer. 

Como máximo responsable de Benteler en cuatro países, ¿cómo les afectan las tensiones en el comercio internacional?

No favorecen en nada. Están parando proyectos. Nosotros llevamos seis años en Turquía y estoy muy contento de cómo se llevo la primera fábrica. Ahora se está lanzando una segunda e  incluso tenemos más oportunidades de crecimiento. Pero con la devaluación de la lira turca hay proyectos que no son rentables. Son necesarios acuerdos para que el cambio con el dólar sea fijo. Nuestra industria requiere inversiones muy intensas y si hay incertidumbre política...

México -país que usted conoce bien porque impulsó allí plantas de Benteler- también vive la misma incertidumbre.

De hecho, muchas de las inversiones previstas se cancelaron con la llegada de Trump. El proteccionismo norteamericano, aunque quizá cualquiera haría lo mismo en su misma posición, debe ser cuanto menos un poco más elegante.