Recuperan el Cristo gótico y el retablo de Villaquirán

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La talla de Jesús Crucificado data del siglo XIV y es una imagen por la que los vecinos del municipio sienten gran devoción

Corregido el proceso de deterioro de la talla gótica de Cristo Crucificado y del retablo mayor, ambos ya lucen de nuevo su esplendor en la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora de Villaquirán. Las obras de restauración han sido ejecutadas por la empresa Fénix Conservación S.L., en un encargo realizado por la parroquia de la localidad. Han supuesto una inversión cercana a los 30.000 euros, cofinanciados por el grupo de acción local Adeco Camino, la parroquia y el Ayuntamiento.

Con ambas intervenciones se ha buscado restablecer los valores y cualidades estéticas  de los elementos  favoreciendo su lectura y comprensión (reintegraciones), al mismo tiempo que en el templo se dejará documentado el estado del bien antes de la intervención.

La pieza más valiosa es el Cristo, una talla anónima del siglo XIV de madera ensamblada y policromada de una sola pieza, excepto en los brazos que se une al embón principal mediante un ensamble reforzado con cola y clavos. El Cristo mide 1,80 metros de altura y 1,50 de anchura.

Entre las características de la figura destacan que tiene los orificios de clavos en las manos pero no en los pies. Es una figura de rasgos esquemáticos, hierática, sin movimiento alguno; a excepción de un ligero ladeado de la cabeza. También flexiona levemente la rodilla derecha para superponer los pies. Aparece anclado en la parte posterior y sujeto a una cruz de gajos, que se corresponde al estilo de la época. La talla es anatómicamente desproporcionada. La cabeza inclinada sobre el hombro derecho; tiene barba y cabello largo liso, la boca cerrada y ojos cerrados. Sobre el cabello, tallado y policromado completamente, se encaja una corona. En cuanto al tronco, es trapezoidal, estrechándose por la cintura, tiene las costillas y caderas someramente marcadas. Lleva el paño de pureza anudado en la derecha y le cubre desde la cadera a la rodilla y presenta abundantes pliegues en forma de uve y en zig zag. Como es habitual en los Cristos de esta época, esta ‘ahuecado’ por su parte posterior.

Ycomo también sucede, la imagen se ha ido deteriorando con el paso de los años por efecto de las humedades constantes del templo, del agua de capilaridad o de filtraciones, quemaduras o agentes bióticos, perdiendo el color de la vestimenta por repintes posteriores, aunque su estado general no era excesivamente grave en cuanto al soporte. Además, se han constatado fisuras y grietas longitudinalmente a lo largo de las piezas constitutivas del Cristo, debidas al  movimiento natural de la madera.

Los trabajos de restauración han corregido todos esos desperfectos  y todo el conjunto luce esplendoroso, incluido el  paño de pureza que ha recobrado sus colores, blanco con detalles en oro, azul y rojo, copiando una policromía anterior.

Además, durante el proceso de restauración se han descubierto dos curiosidades, una de ellas, es la presencia en el paño de pequeños cuadrados y en algunos se pueden ver líneas en negro sobre un fondo de plata, ya oxidada, que dibujan un castillo, poco habitual en este tipo de imágenes, aunque sí constan en algunas piezas en Las Huelgas; además, al final del cuello con el pecho, se aprecia una cavidad que pudiera ser una teca, es decir un cofre para guardar las reliquias