Muere Florentino Garicano, exdirector de Caja de Burgos

I.E.
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Tenía 95 años y fue el hombre que cimentó el auge de la entidad entre 1976 y 1988. Impulsó la rehabilitación de la Casa del Cordón

El que fuera director general de la Caja de Burgos durante 12 años, entre 1976 y 1988, ha fallecido en Madrid a los 95 años de edad. Los empleados más veteranos a buen seguro que recuerdan su figura, pues durante su mandato concedió especial atención a la gestión de los recursos humanos y dio protagonismo a los comités de empresa. Los impositores evocarán su buen hacer, ya que fue a finales de los años 70 cuando la entidad financiera puso los cimientos del auge económico -y de la obra social- de la institución, labor que continuarían después Francisco José Isasi -que murió en marzo de este año- y José María Achirica. Y los burgaleses, en general, le deben la rehabilitación de la Casa del Cordón, de la cual fue su máximo impulsor, pues quería hacer de ella la sede de una Caja de Ahorros Municipal (CAM) en plena efervescencia. Lo consiguió.

Fue también un adelantado a su tiempo, pues a finales de los años 80 observó con claridad que una fusión con la competencia, Caja del Círculo, contribuiría a proporcionar mayor fortaleza al sector financiero burgalés. En esa época vaticinaba ya las transformaciones obligadas a las que se vería obligada la banca en el futuro y veía en la integración la mejor solución para la ciudad y la provincia. Su idea no se materializó y dos décadas después  vino lo que vino.

Garicano Azpiazu nació en 1923 en San Sebastián. Perteneciente a dos cuerpos especiales de Hacienda -inspector de tributos e intendente- prestó sus servicios en la Delegación de Burgos entre los años 1957 y 1964. Después regresó a Madrid, donde fue director general de Inspección de Empresas y subdirector general de Inspección de Entidades Jurídicas en el Ministerio. Su paso por Burgos no pasó desapercibido para la Caja de Ahorros, que vio en él la persona idónea para relevar Aurelio Gómez Escolar, no solo por su preparación técnica y extensa experiencia, sino por su humanidad. En su toma de posesión prometió «ilusión e interés» en el desempeño de sus funciones. No defraudó las expectativas puestas. Lo demuestra el hecho de que sus empleados le homenajearan en un multitudinario acto e la Casa del Cordón.