La idea surgió de manera espontánea en una reunión de la Asociación del Casco Histórico Alto y fue bien acogida. Los vecinos de esta zona de la ciudad organizarán patrullas a partir de enero para recorrer los lugares en los que los jóvenes hacen botellón con el propósito de poner freno a este problema que sufren los residentes, especialmente los fines de semana, junto al vandalismo.