Los hechos se remontan al pasado agosto, cuando una burgalesa denunció en el Puesto Principal de la capital una supuesta estafa a través de Internet, al intentar adquirir un robot de cocina anunciado en una web. El precio de la transacción era de 600 euros, por lo que tras contactar con los supuestos propietarios del anuncio realizó 2 ingresos, si bien nunca recibió el artículo elegido.