El bochornoso espectáculo vivido en la Catedral durante la verbena del sábado al domingo, con decenas de jóvenes trepando por el monumento para bailar, beber y orinar en la terraza que mira a la plaza del Rey San Fernando y en las escaleras de la Puerta del Sarmental y de Santa María ha provocado un aluvión de críticas y las primeras consecuencias: no habrá más eventos similares en este lugar.