En bicicleta o andando. Se elija la opción que se elija, la experiencia será la de ir fundiéndose en un paisaje cambiante, con tramos espectaculares que transcurren entre túneles, horadadas, torcas rojizas, robledales, sin olvidar la riqueza de la fauna o el sonido que el agua (ahora sí, después de tanta sequía) discurre por arroyos y riachuelos al abrigo de los peñascos que se elevan hacia el cielo. De hecho, este Camino Natural pasa en uno de sus tramo por el LIC Riberas del río Oca y afluentes, por lo que se han incluido en el proyecto las correspondientes medidas de protección, de manera que las obras no suponen ningún riesgo para la zona. Más detalles sobre esta ruta por el Santander-Mediterráneo, en la edición impresa o aquí