Dado que «el papel de las estatinas en prevención primaria de la enfermedad cardiovascular no está completamente establecido», consideran que, de acuerdo a diversas directrices, hay que tener una actitud «conservadora» con los mayores de 75 años porque la edad «es un factor de riesgo de efectos adversos» atribuibles a las estatinas: diabetes, patologías musculares o «alteraciones cognitivas».