El veredicto que ha arrojado el campo ribereño tras unas jornadas en las que, incluso, ha habido altas temperaturas y lluvias, que eran más que necesarias, no es muy alentador: las viñas están rebrotando de manera generalizada pero la carga de frutos se va a ver muy reducida, ya que los segundos brotes traen mucha menor carga de uva y algunos, incluso, son solo hojas.