De homicidio por imprudencia a inocencia. Este es el cambio de estrategia que desvelaba el abogado de la defensa en el inicio del juicio contra José Tomás Villalibre Mogrovejo, a quien la Fiscalía y las acusaciones particulares consideran culpable de un delito de asesinato con alevosía y agravante de género, al imputarle la autoría de la muerte de Benita Núñez Peña la madrugada del 17 de julio de 2016 en el piso de la calle Fernán González nº 28, de Aranda, que habían compartido hasta su divorcio. Para sostener la petición de absolución del acusado, su letrado alega legítima defensa durante una pelea que tuvo el «fatal desenlace». «Si no se hubiese defendido, podría haber sido él la víctima», dice.Más en la edición impresa o aquí.